Te quiero J

Te quiero…
porque cuando caes ya no te duele,
porque aprendiste que la queja no sana;
al contrario, el dolor ahora enseña,
es pedagógico,
y eso ya lo has aprendido.

Te quiero porque no buscas respuestas,
solo haces las preguntas correctas;
porque entendiste que tu paz
no es ausencia de guerras o silencios,
sino quedarse quieta en medio del fuego,
y después caminar ilesa.

Te quiero porque callas sin rendirte,
sin arriar ninguna bandera;
porque miras sin exigir ni exigirte;
porque ya no prometes —solo cumples en silencio—,
y en ese silencio florece
lo que no necesita nombre,
porque ya lleva el tuyo.

Te quiero así,
con tus cicatrices sin drama,
con tus derrotas bien peinadas,
con tu fe doblada pero intacta,
con tu maquillaje sin colores,
con tus zapatillas recién estrenadas.

Te quiero…
porque ya no temes al espejo,
porque te aceptas como eres,
porque entendiste que la vida no se gana:
se habita,
se come
y se disfruta.

Porque amar no es prometer eternidades,
sino quedarse cuando el alma
pierde el miedo a despeinarse,
y así sonreírle al día que empieza,
y así morderle a la noche que te abraza.

Y así, al borde de la cama,
decirte que te quiero.