Templanza o castidad.

¿ Qué le voy a hacer ?
Soy prostituta.
Me aferro al poder, pues vivo en el Temor.
Hacia el trono, mi rumbo y mi ruta.


Me llena de rubor morder la prohibida fruta.


A decir verdad, el término apropiado quizá sea:
Legítima defensa personal.
Contra el macho ibérico, y el Homo de Neanderthal.
Siempre salgo triunfadora.


Artes marciales, para la gran Señora.





Me casé con toda la Humanidad,
y albergo en mi seno, grandes opciones.
Pues el destino es opción, y no tanto, azar.
Intercepté el subconsciente colectivo.


Y supe que el estilo sigue vivo.


Perseveran los santos, siendo anónimos.
Se ocultan, no por Miedo o por vergüenza,
sino para seguir peinando a los desfavorecidos,
y adecentando sus cabellos coloridos, con trenzas.


Hermosos y rotundos son sus cuerpos.


Moraleja: " Se me quitan las ganas.
Mi figura dejará de ser tan puerca. "

 

Elegir el camino es libre albedrío de todos,la cuestión es que cuando las carnes tiemblen y la conciencia se cueza en la balanza,no vayamos a necesitar bicarbonato de sodio y limones para la resaca.

 

Lo que necesitamos es evolución.
En esta Creación, manifestación o latido.
En la cuál, conviven el Amor y la Broma...
Siendo el Amor, la diversidad. Y la Broma, la inocencia o ingenuidad que subyace a cada uno de nosotros.
Somos novatos por siempre.
Pero si maduramos, seremos bromistas forzudos.
¿ Bromistas forzudos ? Y amantes de la bio-diversidad.
Amantes de la Madre Tierra.