Tengo la verdad.

Descubrí que mueren venas en mi cuerpo
son líneas rojas chiquitas, como mini mordiscos.
Me recuerdan al amor, es cadena perpetua
son mis cicatrices
son mis pensamientos oscuros
son las supernovas que ocurren aquí y ahora.
Es un mapa secreto.

Ojalá siendo devorada por leones, trozo a trozo,
pudierais todos ser liberados de esta gran condena impuesta silenciosamente.
Yo soy el sacrificio
Yo tengo el cuchillo.

 

Magnífico poema, la realidad pura de nuestro ser, somos esclavos y amos al mismo tiempo y tenemos la condena y el remedio para nuestros males de amor. Un placer pasar por su poesía, reciba mi más cordial saludo.

 

Siempre. Muchísimas gracias Fernando, el placer es mío!

 

Soraya....
encantada de llegar hasta tus fantásticas letras, esas que dejan en claro que somo dueños/as de nuestros actos y decisiones, esas que nos condenan o nos hacen conocer la gloria. Saludos y bienvenida!!!

 

La maravilla del arte resplandeciente y divino.
La brillante calidad magistral.

 

Gracias compañera por tan gran poema,
el cuchillo siendo un arma para la muerte
bien usado y a tiempo también puede darnos la vida.
Un abrazo.

 

Muchísimas gracias Mar, muchos besos!

 

Gracias artista.

 

Muchísimos abrazos y gracias!