Tengo quehacer, tengo prisa

Pero que hacéis señora
Queréis quedaros quieta,
y os de lo vuestro y lo mio.

Por dios no os movais, questoi
que voy, dejadme, me voy.
Parad, seguir, ¡Hay dios mio!.

Lucrecia solto un gruñido
Que mas que puya parecia
No, de la propia envestida
si no de una bestia salvaje.

¿Pero a dónde vais?, querida.
Queréis de una vez terminarme.

- A no señor, chistó.
Que ya me lleve lo mio,
Haber estado mas listo.
Si queríais aguantarme,
darle, antes de lo previsto.

¿Queréis de una vez acabarlo?
Aunque fuera con la ...

Si, ni que yo fuera dispuesta
como una criada cualquiera
Idos a un lupanar a tiempo
Y que os dejen el fresno a gusto.

Mientras se iba vistiendo
Un forcejeo hubo al unisono
Por terminar la cuestion
Se oyeron voces de egoísmo.

Que si ella se llevaba lo suyo
Él quedaba con vara de fresno
Que el amor era cosa de dos,
los dos se llevaran lo mesmo.

Señor que el fornicio es una lucha,
Vos empujáis, yo resisto,
Aguantando la envestida
no movereis Castilla.

Y si he salido victoriosa
Y vos salido a destiempo
Os aguantais las ganas.
Presurosa y a otra guisa.

Sois despreciable.
Veros a la mierda, querida...

Tengo quehacer, tengo prisa,
Con gusto y con Dios os dejo.

. -De Lucrecia Mataplana