Tengo sueños que no puedo contar.

Tengo sueños que no puedo contar
y pesadillas en las que te apareces.
Tan genuina y tan casual
el aire al rededor de ti resplandece
tan solo por haber nacido
y yo vivo agradecido
de poderlo ver.

En aquel bar te propuse
hacer el amor por primera vez
y sonreíste burlonamente
hasta que lo entendiste.
Quizás no sea posible
que el amor dure tanto
como ambos hubiéramos querido.
Aquella copa fue tan dulce
tan dulce como saborear
con todos los sentidos.

Ahora otra suerte de azahar
nos mantiene en silencio
tras las máscaras que una vez
nos quitamos.
Y no logramos saber cuál era el traidor
y quien el traicionado.

En fin, solo quería recordarte
que tu perfume me enloquece
que tu carne me arde
y que el mundo conspira
para que vuelvas a encontrarme.