Tercer movimiento (A Miguel Hernández) con sordina en los vientos)

¿Pueden acaso las cuencas de esta calavera

mirar hacia el abismo de tu silbo vulnerado,

o auscultar los gusanos

depredando todo lo que fue memoria?

El tímpano es un huesillo – ¿acaso? –

que solo fingimientos blande sin el viento;

tú lo sabes, Miguel, con tus despojos.



Barro te llamas, barro

de otras cicatrices, orilla del soldado

que pasó juntando sus propias manos

para ungirlas a la cebolla macerada

donde nace un diente, azahar de la infancia,

alborada del pan para la sangre.

¿Puede el barro acaso alcanzar el amor

como a la muerte?





De mi libro inédito ALTAR DE DESCONCIERTOS.

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