Tercera carta para mi hija Ayelén

Hace veinte años...

Al fin llegaste a este mundo a las once y veintiséis
estás en la incubadora y tu madre esperándote.

Como no querías salir fue un parto programado
tu madre te dio a luz en un día muy soleado.

Ni te cuento la alegría de tus abuelas y tía
sentimos mucha emoción y mucha algarabía.

A tu mami la tuvieron que dormir un poquitín
aún está en el quirófano hasta que pueda salir.

Me pidieron tus pañales como también tu ropita
tal vez te quede muy chica porque naciste gordita.

Tres kilos ocho cincuenta era el peso que tenías
qué bebita regordeta qué hermoso que es este día.

Qué cachetes y manitas qué dedotes y qué uñitas
con tu pelito azabache nuestra querida indiecita.

Ruben Edgardo Sánchez, 6 de octubre de 1997

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