Tercetos encadenados

Cuando apunto mi rifle nunca atino
si apunto a un cervatillo distraído,
aunque siempre pretexto que fue el vino.

​

 

Fue por la chimenea
donde yo hice mi entrada tan romántica.
Hago de todo por mi Galatea.​

 

Jamás cigarro o puro
me tienta como un vino con historia.
Sin embargo, a tus gustos no censuro.​

 

Vivo al día y al ritmo de la noria
con su cadencia eterna y apacible
que hace de cada noche una victoria.

 

Sudamérica está llena de clubes
que, apurados, rematan jugadores.
Luego entran a la cancha con querubes.​

 

Me piden que les hable
acerca de mis viajes por el globo.
Corroboré que es circunnavegable.​

 

Con los viajes adobo
unas charlas amenas con magnates
y lo real e imaginario englobo.

 

Ya sabes que por duro que me trates
no dejaré sin más esta familia,
la herencia justifica tus dislates.

 

Soporto hasta tu homilia*.
Vale cada segundo con mis hijos
aunque deba aguantar dura vigilia.

Pronunciación errónea en el norte argentino, recurrí a ello por falta de rimas relevantes para el tema.

Saludos

 

Estos versos enhebro
sin rumbo, ni misión, ni florituras,
por más que pida ayuda a mi cerebro.​

 

Me resultan factibles las torturas
a quienes no las buscan en el hilo;
no saquen conclusiones prematuras.

 

Es que yo no te sé seguir el hilo
es porque hablas muy rápido y no entiendo,
toda la tarde me has tenido en vilo.​

 

Qué melodrama más folletinesco
nos regalan, tan hábiles sus plumas,
para los sobresaltos pintorescos.

 

No habrá leyes ni dumas
que detengan a Vlad, el Carnicero.
Que hay bondad en su risa nunca asumas.​

 

En este seguro no me equivoco: el primero ha quedado corto, amigo Pi. Nota además que no hubo rima entre los tres versos.

Odioso Barrabás:
debió ser un político moderno.
Robando, casi siempre escaparás.​

 

Siempre has sido muy tierno,
me complaces el ansia de tus versos.
Que llegue a ti mi abrazo, sí, fraterno.​

 

Estoy viendo un partido de Palermos,
y la cuenta once a cero, una paliza
mejor tomo café, voy por mis termos

 

Se aprecia por el fondo una baliza
¿de qué?, en este incierto maremoto.
¿Un Wagner de sordera advenediza?

 

No luchan por el voto:
los bañó Lukashenko con fortunas
y se evitó Putín un alboroto.
​

...por ahora...