Terco y terca

Atusando la crin de amplio pelaje

marcha el acemilero canturriando,

asido a su ronzal o cabalgando

con las alforjas llenas para el viaje.


Pues son los dos, imagen y bagaje,

siempre fieles al tajo y madrugando,

pegados al terruño mendigando

lo que puedan sacar con su coraje.


Y a veces la rudeza del empeño

produce enfrentamientos con su mula,

animal tan tozudo como el dueño


que en terquedad, con saciedad la emula.

Al declinar el Sol y su faena

se vuelven al redil con su condena.
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Buenas tardes
Unas bellas letras pones en mi entrada
Gracías
Un saludo

 

Gracias por tus comentarios.Me alegro que haya sido de tu agrado. Saludos. Bernardo de Valbuena

 

En mi adolescencia he vivido en el medio rural y sé que llevas mucha razón en todo lo que expresas en este bello soneto. Un placer leerte. Un saludo, Deo

 

Me parece un buen trabajo, fluido y muy descriptivo, en el que se resalta la terquedad de dos seres orgánicos, uno cuadrúpedo y otro bípedo, mas, tal vez, con la misma capacidad de inteligencia.

No entiendo las observaciones del moderador; La oración, para mí, es clara:

“Mas, atardece el día, y la faena los devuelve al redil con su condena.”; aunque considero que sobraría la segunda coma.

Atardece el día: declina el día; sucumbe el día.

 

Ya lo he adaptado.En cualquier caso a tus comentarios he de decir que salvo lo de las comas en los gerundios, lo demás carece de importancia en mi opinión porque canturrear y canturriar depende de la zona, sin más.Y lo del atardecer es una sutileza y más en un poema. Por lo demás, ahí queda rectificado. Saludos. Bernardo