Terquedad de vueltas sublimes

Naces terco

saltas, rompes barcos, quemas rotos, desmenuzas, exiges muerte

Naces terco

quiebras, engranas, destruyes, emanas lunes

Naces terco

envistes, desquicias, entregas, amainas miserias

Naces terco

sueñas blando, caes en duro, tiemblas ratos

Naces terco

mendigas besos, persistes pasados, cierras mañanas

Naces terco

Y entrevés mi vida, y la tuya y la de ellos

Naces terco

para comerme, para cambiarme, para rezarnos

Naces terco

desde los ríos, hacia los mares, bajo la piedra, abajo

Naces terco

por la distancia, la que me invade, cuando me basto

Naces terco

desde el domingo, desde la tumba, desde el vacío.


Como una vaca sin cencerro

Naces terco

para envestirte, para morir, para conjugar en los finales los puntos suspensivos de tu risa,

para partirme en ambos.


Solo un terco sobrevive a esta ovalada odisea de vueltas sublimes.

 

Claro; con ímpetu y tesón. Como las olas del Mar. Si no, ¿ Cómo vamos a lamer la orilla de la playa ?

 

Hay que ser osados para resistir nuestros propios achaques y los de afuera. Excelente poema