Testamento de un Rey.

Deseos furiosos de poder, como deseo volver a tener poder, adoraba cuando todo aquel que me veía huía o reverencias me hacia. Cada vez que mi pluma tomaba era para acabar con un alma, cada vez que mi miraba fijaba en algo era porque la deseaba y si no era mía la destruía, casi siempre tomaba a la fuerza todo sin dar nada a cambio, cuando alguien se atrevía a pensar diferente a mi tenia que arrepentirse o pagar por tratar de ser diferente de mí, pues soy yo el único diferente aquí.
Me gustaba ver como suplicaban una nueva oportunidad, los escuchaba, los entendía, sabia que era justo l oque pedían. Pero me causaba mucho placer hacer todo lo contrario de lo que escuche una buena costumbre mía así enseñaba a los demás que el único que puedes pedir, y desear era yo su majestad y ellos únicamente hacer mis sueños realidad.
Lagrimas, dolor, sufrimiento sin freno, desolación, abandono propio, esperanzas acabadas, familias destrozadas con huérfanos y viudas. Como me encantan esas cosas de verdad el dolor ajeno es el mejor placer se los puedo asegurar, lastima que sea yo el único que las pueda disfrutar. Pues ustedes están condenados a vivirlas o talvez compartirlas.
Si alguno llegase a donde estoy yo ese seria mi sucesor, lastima que no tenga hijos y todo mi reino en nadie pueda recaer, así que cuando yo acabe ustedes también acabaran su trabajo serán libres pues haré que los manden matar. Claro sólo yo seré el único que debe disfrutar de lo que con sufrimiento, lágrimas y dolor ajeno conseguí como se los podría dar.
Bellamente estaba diseñada mi ultima voluntad lastima que alguien me traicionara, sino ahora ustedes descansando estarían, ahora tendrán que vivir una vez más lo que yo les hice sufrir, vivir y llorar sólo que esta vez aunque digan que así no será una vez más en el dolor sus vidas sumidas serán y esta vez será para toda la eternidad.