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Testimonio

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por José rubiel Amaya Amaya, 15 de Diciembre de 2015. Respuestas: 2 | Visitas: 263

  1. José rubiel Amaya Amaya

    José rubiel Amaya Amaya Poeta asiduo al portal

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    Divagaba perdido entre la gente,

    Sin rumbo, como náufrago en el mar,

    Por las callejuelas dormidas

    Y rotas de la gran ciudad.


    Detuve mi paso en la esquina,

    Una de esas muchas,

    Meditabundo observe el merodear

    De la multitud que no me daba más

    Que indiferencia, una suma más

    Al martirio de mi soledad.


    Dura es la vida dije,

    Entre el silencio opacado y triste,

    ¿Por qué? Mientras unos tienen compañía,

    Hay otros tantos llorando soledad;

    ¡Tengo que ser uno de ellos!

    ¿Por qué? Señor, ¿por qué?

    Daban vueltas los pensamientos

    En mi mente atormentada.


    Cuando de repente te vi…


    Como un sueño en mi alucinación;

    ¡Ya no estoy solo exclame! ya no,

    Gracias, gracias señor.


    Eras la bella de aquel ayer,

    Me inspirabas un poema de amor,

    Al mirarte tan suave y tierna

    Cual brisa mañanera.


    Como un cálido rayo de sol

    Me iluminabas en aquel entonces;

    ¿Y aquí de nuevo…? para alegrar

    Mis ojos, mi ser, mi espíritu;

    Hermoso sueño pronuncié muy quedo.


    Después de la ternura desbordada

    De un saludo placentero,

    El curso lento empezó el amor

    Cabalgando en la esperanza.


    Ya eras más mujer,

    Y yo tal vez; más hombre,

    Pero cual niños juguetones,

    Caminábamos, reíamos y soñábamos.






    Nos olvidamos de la muchedumbre,

    De lo que no estuviera

    Relacionado con nosotros,

    Ya solía ser un paraíso la ciudad,

    O cualquier otro sitio.


    Juntos éramos una oportunidad,

    Que el destino había unido,

    No sabíamos por cuanto tiempo,

    Pero no importaba preguntarlo,

    Teníamos que ser felices

    Y eso éramos, felices,

    Como gacelas en el bosque.


    Eros nos guió, hasta envolvernos

    En las gasas vaporosas del deseo,

    Y rodamos por el paraíso del amor,

    Como se mezclan los metales en un crisol,

    Un crisol hecho de dos… tú y yo.
     
    #1
  2. Jorge Lemoine y Bosshardt

    Jorge Lemoine y Bosshardt MAESTRO

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    Espléndida la calidad maravillosa del trabajo divino.
     
    #2
  3. José rubiel Amaya Amaya

    José rubiel Amaya Amaya Poeta asiduo al portal

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    Gracias nuevamente maestro Jorge, por su gentil visita y valioso comentario.
     
    #3

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