Testimonios de un amigo

Las horas parecieran poseer los más amplios recuerdos de días de ilusiones, las que eran la origen de mi vivir de humano, era todo tan candido, las frases colgadas en la pared de la cabecera de mi cama, las fotos de los recuerdos de veranos, los caminos tan claros.​

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En esos días solía reírme de las aventuras, todo era un verdadero festival, corría detrás de la conquista, enamoraba toda mi travesía, era de esos hombres buenos por pensar en poesía, simplemente por pensar en poesía, las palabras brotaban, los pensamientos eran instauraciones de verdades en el infinito, todo se agrupaba en proezas de llegar al triunfo de los recónditos sueños.

Los sueños, formación de todo lo humano que deseaba poseer, la verdad, la fortuna, la alegría, la compañía, todo en una amplia aproximación al ideal de esas frases colgadas en la pared de mis sueños, ser el indispensable, el héroe de las grandes epopeyas, emerger como el gran salvador, el depositario de la bendición humana.

Era de esos siempre fiel, idealista, leal, enamorado de las misiones auto-impuestas, nada y nadie podía derrotar, eran esos sueños de firme convicción, siempre prevenido cuando llegara el momento de arrancar el laurel a la subsistencia, era el elegido, estaba escrito en los más profundos sueños.

Día a día conquistaba y arrebataba la ilusión de vencer en la gran proeza de enigmas de poesía, vestirme en la contemplación del gentío victorioso, dar más y más pasos al pináculo, era el vencedor.
Pero la poesía me abandono.

Vencedor y vencido, la sensación de la gran caída, caí hasta no poder parar, atravesado por la verdad, todo eran ilusiones, la verdad se presento vestida en su profunda crueldad, nada que salvar, todo perdido, las frases de mi pared se burlaban, todo una mentira de la realidad.

Todo realidad, exilie todo vestigio de las paredes, un pedazo de madero fue el primero en la lista, las frases fueron castigadas, todo tenia que ser realidad.

La poesía se ha muerto, su hedor es el recuerdo de ilusiones humanas, la vida yace enterrada, todavía respira, quiere nuevamente nacer, nunca en proezas, toda realidad vestida de crueldad.

Estoy acá crucificado por la cruel verdad…

 

fua , fuerte! buen escrito.

 

Gracias por tus palabras.
Saludos cordiales.