The Long Road

Viajando en el AVE voy a Sevilla. Verdea el campo.
Yo quisiera bajarme y quedarme allí tumbado
entre el olivo y la encina, entre el brezo y el chaparro.
Voy oyendo, sin escuchar, la música en mis cascos
y de repente ser libre se convierte en un mandato.

Suena la guitarra muy dulce, lenta, sosegada;
la flauta le da el punto, en armonía calmada.
De pronto un punteo, breve y certero; que declama.
Y haciéndome sentir que mi alma es liberada
acaricia Knopfler the long road y la siento allí tumbada.

Esa sensación de anhelo que a azararme comenzaba
se mitiga por momentos y se queda adromilada.
Con los ojos ahora cerrados, vuelvo a poner la balada,
para seguir siendo libre metido en aquella caja,
hasta que llego a Sevilla y me abraza la Giralda.

 

Excelente!!!! Merecen aplausos estos versos. Te felicito.

 

Hola Salvador,
Gracias por tus aplausos, me siento muy honrado por ellos.
Knopfler y Sevilla son la leche.
Un saludo.