Tibias palabras palpitantes

Ya lo presagiaba... esto no es un caos anónimo.

Cuando tú me invitas a cavar profundo
recuerdo que le diste nombre a cada cosa,

separaste el infinito con palabras palpitantes

Aun la oscuridad respira con sentido
en la inocencia de mi espera

Nada está muerto si te escucho
todo nace de tu eco,
del sin fin de colores de tu vientre

Palabras mágicas bailan en mi entendimiento
tú aclaras los fractales
tú expones en la mañana frente a mi pecho anhelante
una flor sencilla, blanca y amarilla

Una flor majestuosa hecha de verdad y de tibias palabras palpitantes​

 

me alegró esta parte

 

Ratipoet, verdaderamente, ése es el quid de la cuestión.
¡ Elemental, querido Watson ! Quedarnos con el cante.
Poder bailar flamenco. Entender el Tango argentino.
Bailar por sevillanas. Poder captar a Bach.
Y por último, dibujar un retrato, de un compañero o una compañera, en vivo y en directo.
Para que así, quede de manifiesto que el Amor es una entrega, mas no a ciegas.
Esa entrega exige cálculo.





Si bien, es cierto que no todos saben lo mismo...
O que no todos están tan fuertes.
O que no todos son adorables...
Lo importante es seguir aproximándonos a la fuente.
Porque hay un dato estable. Hay datos que no se nos olvidan.
¿ Cuáles son esos datos ? Suelen ser episodios dolorosos. Que nos enseñan mucho.


Pero hemos de hacer un esfuerzo, por recordar los buenos momentos. Para así, regalarnos nosotros, un bizcocho, a la hora de la merienda. O regalarnos, si no, un paseo por el parque.