Tiempo cero

Volver al campo donde las flores nacen
se respira el odor de un viejo almanaque.
Las manecillas de reloj son esbeltas y vivaces,
mantienen la serenidad de una larga tempestad.

Por tempestad bautizò a la vida aquel viento burlon.
La osadia se aprende siempre en un pequeno rincon
donde yacen las espinas de las viejas heridas.

Al tiempo cero por decirlo -que no esiste -,
pues un segundo después se hace olvido su rumor,
es el borde de los dos: vida y nada ; nada y amor.

La cuenta atras de un gemido
es cuando amarramos el amor
lo miramos desmedido con los ojos hechos flor.
su mejilla se hace grande y la oreja equidistante
nos vencemos de placer entre nubes de calor.

La cuenta atras hacia delante de un poema para dos
tiene sed de algo inmenso, no se queja , es creacion.