Todo al 37.

Entumecido, apuro los brebajes del horror.
Acuno al miedo tumbado en la plazoleta de mis inviernos.
Limpio la tierra de tantas caídas en cuenta.

He sido también niño en aquel tiempo de teros plañendo sus alas
Cortadas, urdiendo desesperadamente un rescate
Que me llevase a la otra escena.
He sido también el nostálgico temblor de manos y de piernas,
Un cuerpo poseído por una masacre de voces
Y por algún silencio donde tus palabras, poco a poco,
Se van licuando.

Hay días en que contar conmigo mismo
Es apostarle al 37 en la ruleta.

 

Yo también he acunado muchos miedos, ha sido un gusto leer sus versos
como siempre un abrazo de colores en la distancia