Todo suele desaparecer o cambiar.

Aquel tiempo estaba cubierto
por mantas claras y nuevas
brillantes y con dibujos abstractos
sobre el algodón que guardaba
en sus adentros todo ese frió que podría matarlos.

El sol destellaba
sus radiantes rayos de luz
sobre el pavimento, sobre el cielo
sobre el mar, sobre el cuello
sobre sedosas cabelleras;
se adentraba y cubría el interior
de las miradas
que en sus radiaciones se reflejasen.

El agua era blanca
y cristalina
y la dulzura de los frutos
consolaba
lo agrio de la madrugada.

Las miradas eran tiernas y abrumadoras
como un collar de diamantes y su nobleza
como una mujer desnuda
y su sensualidad.

Los bolígrafos chorreaban de sus adentros
tinta azul y clara,
como la penumbra de las mañanas
y para esos pequeños personajes
lo triste había sido arrebatado
de la historia
del guión
de las manos del escritor.

El futuro aguardaba a los pequeños
y estaba muy distante
a miles de pasos de civilizaciones
de fronteras, de ríos, de lagos
de atardeceres, alboradas y bosques

entonces, el tiempo fue pasando
y todos los chicos del pueblo
alcanzaron la complicada adolescencia
y sus miradas, sus ojos
lo rojizo de sus mejillas
y la punta de sus dedos
ahora apuntaba hacia otra dirección.

La vida empezaba a ser vida
y la realidad a existir
un tiempo quedo cubierto
por la arena removida del cementerio
y el pasado ahora existía.

Los sueños se procrearon
en sus corazones
en sus vientres
y cada chico llevaba un ángel en su pecho
que oscurecía su blancura
y se manchaba poco a poco
con el transcurrir del tiempo.

lo bonito ahora cambiaba
y los colores pasteles
deterioraron su lucidez
su brillo su ilustración;

las paredes ahora estaba agrietadas
y la pintura se desconchaba
como un cuchillo lo hace con una naranja
como lo hace un hombre
con el pellejo de una gallina.

Los juegos habían quedados sustituidos
y ahora el trabajo era una necesidad
las responsabilidades
un destino que los aguardaba
la madurez ahora era una fachada
y los gusanos pudrieron y apalearon
a cada fruto dulce y estampado.

El dinero se consumía
cada neurona
y el tiempo ahora era un terrateniente
que maltrataba a sus esclavos.

Cada chico ahora hombre
tomo un camino
y los mares delineaban su frontera
lo tiempos ahora parecían individuales
y cada realidad era una persona

todo torno un tanto brusco
y aquellos años felices
ahora eran un sueño
al que nada los acercaría.

algunos perdieron sus alas
y otros jamas pudieron volar
aquellos perdieron sus plumas
y los mas pequeños
solo quisieron dañarlas.

 

Inevitablemente la vida es un constante cambio, no existe lo intacto... pero algunas veces la esencia permanece inmutable pese a el paso del tiempo. Saludos y felicitaciones disfrute de tus llineas.. Besos.

 

muchas gracias por leerme, de eso tienes mucha razon. Saludos.

 

Wah, extensa. No lo se, me resulto algo difícil de digerir, no por su lenguaje sino que no logre percibir una esencia que me atraiga. Saludos.