Topiracua*.

Se me cierra la boca viperina.
Las palabras se duermen de cansancio.
Qué decir ya no importa, solo escancio
voz antigua que en versos compagina.

Juego rollos de voces de colores
como quien va chupando caramelos.
Me juego a las canicas los anhelos
mas no hallo contrincante en derredores.

La niñez ya no juega a las canicas,
solo los niños viejos las jugamos
un topiracua* y todas las ganamos.

Ahora solo somos lo quejicas
enrollando palabras en aleros
esperando sus trinos vocingleros.
​

Topiracua: Así se llama en mi tierra
al golpe que con un solo tiro de canica se da a otras dos.​

 

Ya vienen las fiestas patrias por acá y dudo que se siga jugando a la troya.
Un beso, Luciana.

 

Pues acá también se acercan las fiestas patro. En la ciudad no se juega tal vez en el campo. Gracias por tu amable comentario. Un beso.