Tortura

Tortura


Vi, y escuché el dolor,
y me fui a ocultarme en mi propio tú,
tras la rotonda verde y la baldosa gris
del monolito puente y arquitecto azul.

Soñé, y sentí el placer,
de los instantes mudos
y los residuos miel,
que se fijaban miedos
cuando los seres quien,
sentir de lodos,
muchos barros, y ajenos fondos
de una ciudad en pie.

Creí tener el cuerpo dormido
y la mente ligera,
y pensé que de aurora movido,
el dolor era causa primera
cuyo parto es mal recibido.

Supe del oscuro pasar del fantasma
que era yo en el mar más tranquilo,
y no pude escuchar más al alma,
y cerré involuntario el oído.​

 

Muy acertado el comentario, LUZYABSENTA. Un abrazo

 

Orfelunio
a veces el dolor es tan lacerante que preferimos cerrar los ojos
y los oídos
te aplaudo de pie
Saludos
Ana

 

Muchas gracias por tu comentario, Ana. un abrazo.