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Traición

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por jogule, 17 de Abril de 2006. Respuestas: 1 | Visitas: 1441

  1. jogule

    jogule Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    17 de Abril de 2006
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    Desde que supo que la iba a ver, presintió lo que se venia. No es la mujer en la que se hubiera fijado, pero tenia algo que se le hacia supremamente interesante. El creyó que iba a ser fácil, pues percibió su deseo, y sabía que ella notaba el de él. Únicamente sexual era la atracción, y el flirteo tan obvio como un elefante en la sala.

    Las oportunidades no faltaron, y desde que la dama se presento al caballero, el juego se oficializo. Bailando se hizo claro, y él sabia en lo que se metía. Su cara quedó frente a la de ella y el beso no fue beso por solo milímetros y la poca prudencia que quedaba.

    Sin embargo el deseo estaba vivo, mas vivo de lo que conviene por ley y por la salud del alma. La libido los llevo a los dos, y ellos no opusieron resistencia. El destino los puso en el mismo sitio, pero ambos perdían si se encontraban. Oportunidad de no pecar, hasta el ultimo momento, pero la juventud no conoce el pecado, aunque saben que mas tarde que temprano se los van a presentar.

    Jugando se consumo, él sacando fuerzas propias de un barón, se arriesgo a preguntar, ella guardando la compostura propia de una doncella, se arriesgo a dudar. Pero el futuro estaba escrito, al menos en sus cabezas, y arriesgándolo todo, la noche cayo y la luna fue testigo de sus traiciones.

    El diablo es puerco, dicen por ahí, y en esas fechas juega con las almas de los mortales. Los amantes prosiguieron, cada vez con más pasión, cada vez con más lujuria, eran marionetas del momento, y titiriteros de la confidencia. En la oscuridad no cesaba la seducción, y en la luz eran desconocidos por completo.

    Todos sospechaban, todos sabían, pero los entusiastas no se rendían. El deseaba su mirada, y ella deseaba sus labios. Los insensatos lo querían esa noche, y esa noche lo conseguirían. Lo prohibido es lo más anhelado, y esa noche lo prohibido se hizo sentir.

    Sinvergüenzas los dos amantes, que en la noche se buscan sin cesar. Por fin, ante todo pronostico, el la tenia en sus brazos, y no solo ese lugar estaba apartado. Fuera luces, sin embargo el fuego seguía encendido, el sexo todo lo vuelve irracional. Sin esperar un minuto Marte y Venus, se alinearon y no hubo Tierra que importara ni Sol que destellara.

    El con sus manos bajando por las caderas de ella y sin esperanza de una detención. Ella con sus manos en el pecho de el, como tocando un raro instrumento que solo las ninfas saben usar. Ese fue el comienzo y ese fue el final. El contenido más obsceno se podrá imaginar, y aunque la carne es débil, el daño es fuerte, y ya no se podrá reparar.

    Abrazados los encontró el sol, y aunque el frió los castigaba el astro se compadeció y los cobijo. Ya nunca se podrían ver a los ojos, pues fueron victimas de los sátiros pero perpetradores de lo hechos y autores intelectuales de los momentos. Los dos como inconscientes de lo sucedido olvidaron el pasado.

    El la sigue recordando, y se excita cuando piensa en esos labios prodigiosos y esas manos que aunque débiles en apariencia, poderosas en la técnica. El tiempo olvida, pero el pasado no perdona, algún día todo regresara. El universo es infinito pero el mundo es un pañuelo. Lo que se vive no siempre se disfruta de esa manera, y el recuerdo no siempre perdura de esa forma, aun cuando todo haya sido una traición.

    Tzagnan Jouhamen
     
    #1
  2. Jaime1962

    Jaime1962 Poeta veterano y reconocido en el portal.

    Se incorporó:
    1 de Noviembre de 2006
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    Tzagnan o Jogule:
    Que texto has logrado, precioso, absorvente, impactante, gracias por permitirme deleitarme con su lectura

    Un saludo

    Jaime
     
    #2

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