Tranquilo y sentado a la orilla del río.

Vuelvo al río...
Hoy recordé que tu poesía, Alonso amigo,
es un buen lugar para reflexionar.
De paso regaré las flores y limpiaré las piedras
no vaya a ser que el verano me caliente la memoria
y olvide la dirección.
Un placer volver a leerte, compañero,un abrazo

 

Una belleza de poema Alonso, hacía tiempo que no te leía y es una grata sorpresa. Tus versos me han mecido como la lluvia misma, de manera fluida y con esa sencilla frecura que te caracteriza. Me ha encantado esta frase "pronto brotarán los tallos desde su propia espera" me la llevo puesta. Saludos

 

Bello poema... con un título que no pudo evitar rememorar esta obra:


"...

Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
(...)

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

(...)
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar..."


Versos de "Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del río"
(Ricardo Reis- Hetéronimo de Fernando Pesoa)


Saludos!

 

Un poema que vuelvo a recorrer con nostalgia y qué bueno que estés bien en este momento que ya dejó al otro atrás, sabes que admiro tu poesía que llega al alma, lo disfruto como sino lo hubiera leído, y te dejo un abrazote hasta las montañas, jejeje y no trabajes mucho!!

 

Las nostalgias dan motivos, diría que es una fabrica de inspiración, con el talento especial que te acompaña, sacas una buena salsa para versos extraordinarios, como estos tuyos.
felicitaciones poeta y abrazos de tarde de domingo

 

No se porque me parece ver el rio en ti mismo... y como si sintieras nostalgia de tu nacimiento, y temor a tu desembocadura...entre un letargo del medio tiempo
Todos notamos que ya los abriles no nos iluminan el rostro como antaño, y cada vez los inviernos son más largos, hasta que un día, ya no salga el sol, y ya, ni florezcamos a destiempo...
Pero mientras tanto, iremos forjando recuerdos, versos escritos, caricias de alma y de piel...Y un día, por mucha agua que haya llovido y caido sobre nosotros ya ausentes, en algún momento, en algún recuerdo...volveremos a ser primavera...
Seguro que me he desviado siete pueblos, pero he disfrutado cada gotita que salpicaba el rio a su paso...como los días que vivimos.
Un abrazo...

 

Hola Carlos y un gran abrazo a tu vuelta y a la mía. Muchas gracias siempre amigo.