Tras de ella

Cual la musa de Neruda,
ella calla.

Etérea su figura
en el azul del cielo
se funde
como milagrosa aparición
de la Inmaculada.

El viento, que mi voz arrastra,
la roza apenas,
no llega como alivio a sus penas;
no es consuelo
a sus contenidas lágrimas.

Ausente,
con la mirada baja,
languidece sola
y se distancia.

Me invade la ira
de la impotencia.
Ella, tan amada,
muere de pena
y se desangra.

En el azul del cielo se diluye.
Mi amor, en brazos extendidos,
no la alcanza.

Más no resignado,
al azul infinito del cielo
en su búsqueda avanza
en tonos celestes y grises
con tintes de esperanza.

 

Bella y emotiva imagen querida amiga...hermosos versos...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

¡ Muy bonito ! Es mi musa, también. Juntos, luchamos, codo con codo. Es mi modelo de conducta.

 

Profundos e inspirados versos con un espléndido remate esperanzador. Me gustó.
Saludos cordiales

 

Gracias por detenerte, leerme y me que bueno que lo hayas disfrutado. Abrazos Nancy

 

Bueno saber que tú y Neruda se inspiraron en la misma musa. Saludos amigo.

 

Gracias Juglar, bueno que te hayas pasado por acá. Saludos

 

Conmovedor y bello poema, solo el que ama de veras puede sentir algo así por ella. Abrazote vuela amiga Fabiola. Paco.

 

Pues si, sólo quien ama se olvida de sí mismo. Saludos Paco