Tras la Aurora

Tras la aurora de fulgente simetría,
los colores de la vida se agigantan,
recibiendo al infante nuevo día,
entre alegres avecillas que le cantan.

El milagro se realiza nuevamente,
por el orbe que dilata mil colores,
y la mano del Señor está presente,
en las breñas, en los ríos, en las flores.

Los gorriones entrelazan sus cantares,
saludando con delicia la mañana,
mientras fluye silencioso en los ramales,
áureas tenues que han dejando la montaña.

Desde lo alto los alcores se reflejan
en la linfa cristalina de un riachuelo
y las gélidas escarchas se evaporan,
al sentir del sol, sus besos en el suelo.

En las vegas: girasoles y jazmines,
amapolas, madreselvas y helechos,
semejando los más bellos querubines,
en ambigua beatitud se hallan serenos.

 

Muy buen poema con impresionantes descripciones. me ha gustado mucho leerlo
Te felicito por él.
Un abrazo afectuoso

Joan

 

un buen esfuerzo en las rimas amigo, sin descontinuar el objetivo de tu mensaje central, mis felicitaciones... enormes saludos desde Chile... Ramiro