Tras los sueños

Allá donde moran los sueños me elevo
dejando sólo el cuerpo a los muertos
con su fúnebre crespón negro.
No muero, vivo, soñando que
se agita mi sosiego y mis alas resplandecen.
Alcanzo el cielo allá sobre la nieve esponjosa,
cientos de remolinos me prenden y acarician,
dulces aleteos danza el aire y amasijan su entrada
hacia el verde valle.
Mi paz se rejuvenece y se alza en gloria.

Extasis que estalla en júbilo traspasando sus fronteras,
se cierra el abismo y se sumerge a el mismo.
No hay tiempo, ni olvidos. Sólo el recuerdo de los vivos
que hoy están conmigo.
Hoy vuelven a mí y yo a ellos, mis seres queridos.
Vuelvo a palpitar siguiendo un sólo camino
que me conduce hacia la felicidad.

Y aunque cada día me vuelvo a despertar de nuevo,
sé que allí hay para mí un lugar que me espera.
Y me gusta esta vida terrena que piso y amo,
pero me gusta andar con los pies descalzos,
dejando el polvo, atrás, andado.
No vive en éste mundo vacío, el espíritu.
Y me elevo todas las noches...muy alto.

 

que inicio poetico bordado de magia, para antologia

 

LA primera parte es la mejor del poema, pero muy buena.

Allá donde moran los sueños me elevo
dejando sólo el cuerpo a los muertos
con su fúnebre crespón negro.
No muero, vivo, soñando que
se agita mi sosiego y mis alas resplandecen.
Alcanzo el cielo allá sobre la nieve esponjosa,
cientos de remolinos me prenden y acarician,
dulces aleteos danza el aire y amasijan su entrada
hacia el verde valle.

En lo adelante e ritmo decrece y la exposición se hace un poco monótona y trivial. Creo que ese principio vale muy bien revisar un poquito el resto del poema.

 

Vida:

Un buen poema, reflexivo, con intensas y a la vez tranquilas imágenes.

Un slaudo

Jaime

 

Intenso poema, con algunas imagenes realmente bellas.

Un abrazo.