Trazos y Recortes

Alguna vez el pensamiento
hizo efecto en el alma
que aún cree ser superior al espíritu,
pero otros tantos momentos
marcan la vida.

Ese cordón umbilical rodeando el cuello,
una promesa de sí,
con un, ¡no lo vuelvo hacer!
por ser distinto.

Toda la inseguridad del tránsito en vida
hasta cuando entras a temprana edad
a juegos de adultos,
donde retozas el carrusel.

Solo te toca el papel
de saber jugar en un sistema
que deja de ser desconocido
al sumergirte.

Es ahí donde usas tus sentidos,
la supervivencia de un mundo desconocido,
donde muchos mueren,
siendo testigos de la vida y sus anhelos
y de repente la muerte llega entre matorrales.

Entonces el andar marca,
siendo ahí cuando comprendes
que esas situaciones no se cuestionan,
solo hay que dejar que fluya.

Existirán si y solo si,
sin y con siempre existirá,
cuando no pides algo al desconocerlo,
pero te piden a ti.

La vida te hace comprender
y adquirir disciplina, perseverancia, resiliencia,
en silencio cuando menos te lo esperas,
ahí está la solución,
esa que no vistes y es difícil de entender.

¿Pero que entender?
ese es el fuego que forja el espíritu,
educa la mente
y te hace ser fuerte entre tanto salvajismo.

Es un canibalismo mismo,
el sabor de la sangre
y las manos rayando todo,
eso es el mundo.