Tres décimas que no amanecen

I.
Trae el alba tonos rojos
de parca, cuando amanece
y bajo mi colcha crece
el montón de los despojos.
Viendo el mundo por dos ojos
miopes de melancolía,
con muletas de apatía,
sigo en pie perdiendo el paso
y al final de cada ocaso
muere por suicidio el día.


II.
El orto me sabe a culo
inflamado de almorranas.
Como todas las mañanas,
"buenos días" es un bulo.
Aunque silbo y disimulo
el alma frente al espejo
del mundo que me hace viejo,
cuántas noches, en el trance
penoso de hacer balance,
se me arruga el entrecejo.


III.
Aquí anochezco, otra aurora
al suroeste de Francia,
deshojando en la distancia
la margarita traidora.
Si Julieta se enamora,
jamás va a ser del más feo,
pues Don Juan nunca es Romeo.
Hoy el amor se amortiza,
la carne al alza cotiza
y hasta Cupido es ateo.



Por si alguien tiene curiosidad (lo dudo mucho), añadiré que, como la mayor parte de lo que escribo, también esta vez casi todo es autobiográfico. Y, por supuesto, también las almorranas, para las que me vendría bien algún remedio natural o alguna pomada eficaz que me podáis recomendar.

 

Buenas y sinceras décimas, efejota; ya que pides consejos te los daré en décimas también:

Se va un día y otro más,
cosa que es harto sabida;
mas en ti la amanecida
te trae dolores atrás.
Tal padecer sufrirás
si comes mucho picante
o alcohol tomas abundante.
Veo que has sido valiente
dejando de ser silente
sobre ese dolor constante.

Te podría aconsejar
una marca de pomada
mas creo mejor que nada
la alimentación cuidar.
Tienes que sacrificar
varias cosas que cocinas
porque si en ellas te obstinas
sigue el dolor silencioso.
Yo te digo, sentencioso,
deja las cosas dañinas.


Saludos cordiales.

 

Entiendo el padecimiento,
lo que debes de sufrir
cuando llegas a escribir
de tan grande sufrimiento.
Hay quien lo sufre contento,
de una forma silenciosa
pero debe ser la cosa
mucho más leve y suave
porque al ser algo más grave
es de lo más dolorosa.

Afecta hasta el propio ego
esa molestia constante,
además no es elegante
el hablar del ojo ciego.
Pero lo que yo no niego
que quien de esto padece
a mi juicio se merece
caridad y compasión
y al darle el mejor sillón
verá cómo lo agradece.

 

Gracias por tus consejos, jmacgar, pero:

Si no fumo y sólo bebo
agüita, como las ranas,
¿por qué estoy con almorranas
tan hinchadas como un huevo?
Aún es más, hasta me atrevo
a comentar sin bochorno
que ni es el guiso ni el horno:
no condimento abundante,
sólo abuso del picante
cuando miro pelis porno.

 

Jajajaja, Efejota, tu segunda décima abre las sonrisas. Y es la que más estimula a la respuesta, jajajajajajajajaja, como la del amigo Juan Ramón y la del amigo Salvador. Y a la mía, jajajajajaja:

Yo he sufrido de almorranas,
y te digo, amigo mío,
que con calor o con frío,
las jodidas, son marranas.
No obedecen a las ganas
del buen yantar y el beber,
y tan solo quieren ser
aquello que nos oprime
como el santo que redime
nuestro libre proceder.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

 

No lo comenté ¡qué mal!
se me pasó inadvertido,
pero yo tengo entendido
que es muy bueno el Hemoal...

 

Jajaja. Vengo en busca de tu poesía por curiosidad y me he tropezado con estas décimas que me las he disfrutado de lo lindo.
Eres un gean poeta.
Aplausos y abrazo.