Tres Gatos

Estoy a la caza,

de tres gatos locos,

que a diario aquí cantan,

y encienden mis focos.


No pretendo ser nadie,

para entorpecer su romance,

pero al escuchar sus maullidos,

no puedo seguir ya dormido.


Sigo a la caza,

de tres gatos taimados.

mi munición es agua,

y siempre huyen por los tejados.


Tres gatos de buen calibre,

debes creerme, dios te libre.

y si ya les gusto tu casa,

siempre te traen serenata.


Yo permanezco en alerta,

con mi pijama bien puesta,

conocen ya mis intenciones,

y huyen en todas direcciones.


No sé bien quien es el dueño,

para presentar mis quejas.

solo que los oigo tomar vuelo,

con un estruendo de tejas.


Y heme aquí a la caza,

de estos tres gatones,

veremos quién gana,

los felinos o el hombre.


Quisiera hacer algo más,

que solamente asustarlos,

pero no soy un criminal,

apenas un aficionado.


Entiendo que tienen derechos,

a tener romance y pleitos,

pero que sea en sus dominios,

y en su propio domicilio.


Soy un hombre sin mascota,

con gusto por orden y silencio,

y no puedo tolerar tales notas,

que parecen venidas del averno.


Sé que debo actuar con mucho sigilo,

con estos tres gatos grandes.

lo bueno a esas horas no hay testigos,

nadie quien pueda acusarme.


Y si es que tanto les gusta,

aullarle así a la luna,

que elijan nueva ruta,

o cambien de partitura.


Hasta el día de hoy sin éxito,

pero no pierdo las fuerzas,

creo que debo darles méritos,

a esos tres gatos sinvergüenzas.


Y a veces pienso,

que tanto me desafían,

parece estamos midiendo,

sus fuerzas con las mías.


Ellos están en su elemento,

pueden ver en la penumbra,

y yo sigo soñando adentro,

que bailo en sus sepulturas.


He considerado dejarles algo de leche,

con un muy especial aderezo.

y cuando me visiten nuevamente,

ese sea ese su último intento.


Con estos tres gatos, ya tengo pa’ rato,

mi desvelo está muy bien asegurado.

no les tiro zapatos, pues no tengo tantos,

con mi charola de agua estoy armado.


Entre un estira y afloja,

felinos contra humano,

a ver de a como nos toca,

otra vez me despertaron…

 

esta gracioso. Todo hombre cabal desconfia de los felinos