Tresteza primaveral

Deyabu.

Entre los arboles se agita la noche
Elegante con su vestido de incertidumbre
Las notas que huyen desde el pecho de un viejo piano
Es el alimento melancólico
Para el gorrión que duerme en mis pestañas
Mañana la vida correrá
Por el arrabal
Despierta madrepora desde mis dedos
Un nuevo viento ha comenzado a humear.


La ventana en el cielo.


El ultimo trozo de invierno
Ha emigrado desde tus ojos esta mañana
El volcán que habita en tu pecho
Ha incendiado todos los cielos del sur
La tarde sonrojada como una adolescente
Ha dejado caer sus cabellos sobre el tibio
Horizonte
Mientras el río oscuro y melancólico
Se ha inundado con el naufragio de mis miradas.

El árbol desnudo de todas sus sombras
Se ha anidado silenciosamente en la rivera
De tus labios
Y tu mirada se
Ha embriagado de vida
Como la esquina del bandoneón
Cargada de tangos y milongas nocturnas

Con los cabellos de mi guitarra he atado todos
Los arcoiris de invierno a tu V
E
N
T
A
N
A

A la hora en que el sol y tu sombra charlaban
Entre las vitrinas del cielo incendiado

El reloj de la conciencia ha extraviado una - hora
En los laberintos del tiempo
El pájaro cucú se ha hecho aguacero de lagrimas
Amargamente entre mis sesos
El bosque vestido de novia es la paloma de nieve
Anidada en tu cabellera
Desde su pecho el sonido del ultimo trueno invernal
Ha partido el cielo en mil pedazos
Y el dios de las alturas se ha precipitado al suelo
Como el viejo avión herido de viento enfermo
Mis palabras caen hacia las alturas como coágulos de
Cielo
Las mariposas y tus caricias se han de mudar
Hacia otros dedos
Y yo te grito con mi lengua sedienta de infinito
Nadie ha de tocar tu espalda
como a un piano
La música y la tarde besándote los senos
Se han alejado
Alguien que no soy yo flamea en el horizonte fraccionado
La noche en su trapecio ya cuelga de los faroles
Mientras mi sombra se incendia
En
El
Magma de tu vientre.


Corazón cubista.

la mariposa boreal se ha mudado de viento
entre sus
alas
sepultado esta el amanecer
el viento agitando
las camisas del cielo
ha sembrado un
secreto en mi oído
creación - creación
la amante menguante
se ha quedado ebria
entre las
ramas de la noche
mientras yo
a cada instante mas prudente
cierro los ojos para no derramar
Poemas sobre la mesa.

Isidore Del Mar

 

Isodore:

Con tu trabajo es la SEXTA vez en mi recorrido por este foro tan especial que tengo que gritar a la injusticia del odioso "cero" comentarios para un poema tan intenso e intelectual a la vez, que merece el aplauso de otros hermanos poetas, si fue casualidad - lo más probable - o causalidad, no lo sabremos, pero si puedo darte las gracias por ilustrarme con tus conceptos y metáforas atrevidas.

Un saludo

Jaime