Trompetas que gritan (Soneto alejandrino)

Silencios que apreciamos sin ruidos tan furiosos
que alarman nuestra paz en mente tan serena,
espanto de sonidos se vuelcan en la escena
de un mundo que se rinde a tantos bulliciosos.

Furor desenfrenado por turba de graciosos
que dañan al oído con gritos en cadena,
sonido maltratado; en tierra y cielo truena,
sonando a cañonazo al gusto de ruidosos.

Poder de un griterío con ruidos sin censura,
orejas sin defensa, su guerra la padecen
con tantos campanazos sin pizca de dulzura.

La paz de un buen silencio,oídos que se ofrecen,
estelas melodiosas despachan su hermosura
con gusto en su templanza, sentidos lo agradecen.

 

Muy bonito!

 

Excelente amigo, lo he disfrutado un montón. Un abrazo

 

Muchas gracias por tu comentario.

 

Un placer para mí recibir la visita de un amigo y si de paso te ha gustado este soneto, pues me alegro mucho.
Un fuerte abrazo José Luis

 

Muy bueno, Antonio, no se ven muchos de estos por aquí; son realmente difíciles de construir, todo un lujo su presencia poeta.

Un saludo cordial y feliz día.

Alberto.

 

Agradecido siempre, con tan generoso comentario, es verdad que hay que darle muchas vueltas a la cabeza para hacer un soneto alejandrino, pero con paciencia y dedicación no hay nada imposible, son muchos los factores a tener en cuenta, que podrá gustar o no, pero las reglas, intento de respetarlas con esta o cualquier estructura.
Un gran abrazo y feliz domingo

 

Se agradecen en el alma momentos de sosegada paz y de silencio, se puede acabar con un fuerte dolor de cabeza si los ruídos incesantes se prolongan largo tiempo, pero tú, amigo Antonio J Martín lo dices con arte y talento y melodioso acento.
Encantada de leerte, muchos besos con admiración y cariño....muááckssss

 

Agradezco con humildad tan generoso comentario, antes que un cohete o un taladro a discreción, mis oídos se entregan al sonido de la naturaleza, con pajaritos, agua de riachuelo y el viento que acaricia las hojas de grandes árboles.
Saludos amiga Isabel