Trueque.-

TRUEQUE
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Desde mi ruca veo la tuya, ¡oh Pocahontas¡,
ni siquiera me he podido, osado, acercar,
pues hoy el campo está lleno de flechas,
lleno de pipas, lleno de endechas
y nuestro idilio quiere apagar

Yo solamente quiero ansioso entregarte,
como negocio muy lucrativo mi corazón;
para que lo tengas y lo uses como te plazca.
Está hecho, si, para que el amor nazca,
con el germen divino de la ilusión.

Muchos crueles amores lo han estropeado,
que está curtido y calloso de desolación.
Lo llevé por calles de límpido oro precioso,
sin un guijarro, sin un residuo papeloso,
en transferencias de maldición.

Limpié sus culpas con sangre clara, ajena,
que un cano obispo, otrora, me recomendó.
Durmió conmigo y su constante latido,
su dolor, su angustia, su pesar, su bramido,
muchas noches me despertó.

Por eso lo traigo a tu rústica y artesánica puerta,
por si quisieras en tu tierna y preciosa voluntad,
cicatrizarles las profundas y crueles heridas,
que le causaron los bienes con males a su vida
... esos amores llenos de maldad.

Y por si quisieras como solemne y amoroso trueque,
entregarme un poco de tu halo de bendición
y abrirte al cariño piadoso sin aprensión y miedo,
hasta que surja en nuestro nido, el amor, el deseo,
en la hermosa bitácora de la pasión.

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