Tu cuerpo.

Cómplice de mis deseos, fechoría de mis manos, remanso de mil tormentas,
voy de abogado de tus desahogos, mientras me rijo por la ley de tus obsesiones,
es el documento personal que te ampara cuando te niegas, aunque mientas,
soy testigo de tus ansias, te libero de delito, me derramo en sensaciones.

Templo de una religión ancestral que exige sacrificios, oficio de mis necesidades,
la catedral de tu vientre me recibe peregrino, llego arrodillado y me ofrezco,
catequiza mi espíritu con el evangelio de tu seno, zarza ardiente de mis ansiedades,
la única ofrenda que llevo entre las manos ya la conoces, es tuya, te pertenezco.

Generosa fertilidad de un campo de girasoles, de días otoñales que huelen a placer,
el poema que prefiero, el sabor que más disfruto, la intensa certeza de mi pasión,
el sentido que me falta, sobre tu piel todo sobra, poco falta, nada más por entender,
la decisión de mi desconcierto, la verdad que ahora acepto, la razón de mi sinrazón.

Che​

 

Un placer leerte...Che. Saludos argentinos.