Tu eterna presencia

Has construido tu casa en el telar de mi pupila,
eres pájaro de luna cuando la noche extiende
su oleaje oscuro por los jardines de mi corazón
hospitalario, estás en mi sed como una gota de agua
que no sacia el recuerdo de tu fuente, me posee
el blancor de tus alas que solo vuelan si mis ojos
te miran al partir de tu isla en singladura de ave
por los espacios de un mar desconocido, vas y vienes
atravesando los pilares del deseo como un aire breve,
una brisa insomne que se posa en mis párpados igual
que el polen de una flor al caer desde el estambre azul
de su trono hasta la semilla en donde germinará la voluntad
sin tregua de tenerte, hoy eres trasluz, mañana una sombra
en el espejo de la ausencia, a menudo mi yo te busca
bajo el árbol del olvido y no halla otra cosa que tu raíz
como cadena que me ata al sol inclemente de tu nombre.

 

Ciertamente, mi estimado poeta, en el mundo en el que vivimos
"todo tiene su tiempo" y, por ello mismo debemos de convivir a plenitud
con quién verdaderamente se ama. Excelente su poema, mi estimado
compañero. Sinceramente:

 

Un bello preámbulo que antecede a la sentencia que dice que jamás existirá el olvido.
Fue un gusto encontrar este poema.
Un abrazo.