Tu pérdida.

¿Cómo acostumbro a mis ojos a no verte más?
¿Cómo acostumbro a estas manos a no tocarte más?
¿Cómo acostumbro a esta alma a ya no sentirte más?
¿Cómo intentar cicatrizar la herida que dejó tu pérdida?,
Que perdida estoy sin tu voz marcándome el camino de vuelta a casa,
Sin tus abrazos que eran refugio,
Sin tus besos que eran salvavidas.
Sin tus:
“Todo,
aunque sea difícil,
Pasa"

Estoy perdida,
Herida,
Hundida,
Y me dijiste antes de marcharte que tenia que ser fuerte,
Pero no me avisaste de que,
El ya no verte iba a ser como una lanza en las costillas.
Me pillas desnuda de versos,
Vistiéndome el alma,
Componiendome el cuerpo,
Me pillas sin saber si soy,
Sí estoy,
Si vivo,
O simplemente sobrevivo.

Y tú emprendiste un viaje,
Que no tiene rumbo ni destino,
Y yo me quedé con tu último suspiro con sabor a:
“ En realidad,
No quiero irme"
¿Cómo voy a encontrar consuelo en esa despedida?
¿Cómo voy a cerrar la herida?
Si ya ni el tiempo sabe ayudarme,
¿Cómo hago entender a este desastre, que ninguna de estas letras van a poder alcanzarte?
Si tú solo eras arte,
Y mirarte mi pasatiempo favorito.

Ahora lo último que me queda es vivirte,
Como me enseñaste antes de irte:
Bailando la vida,
Viviendo canciones,
Escribiendo emociones,
Soñando poesías.

Maestro,
Me diste la mejor lección de vida.

 

Mi querida Noelia, hay pérdidas que resultan en nuestras vidas, irreparables... porque dejan
su marca en nuestras almas para siempre. La luctuosidad de tu lirismo es muy trascendente
y nos deja ver lo importante que ha sido "supuestamente" tu maestro en tu vida.
Un gusto haber leído tu poesía, más allá de su melancólico argumento, te saluda un amigo:

El Gitano.​