¡Tú sabrás a quién!

¡Nó hermano!¡Nó!
No Hay lugar en mi imaginación
pensando que me ha de enterrar
un borracho llorón que a duras penas sepa
a quién están enterrando.

No quiero hermano menor
verte morir tantas veces
por un vicio que te envilece
que te priva de tu don de gente,
no quiero recordate, si mueres,
que fuiste consumido por el alcohol.

¡No se vale!¡No se vale!
que pague un justo por pecador
por tu mísera autocompasión
¡Y hablo de la sangre de tu sangre, carne de tu carne,
latido de tu corazón; no debe de haber un hijo,
que no sienta por su padre orgullo y amor!

¡Solo me consta que a tí, te a bendecido Dios!
¡Y en que forma desgraciado; eso lo sabes tú!
¡Alzate sobre tu dolor y pisotea a ese vicio!
¡Sé el honor, no la vergüenza de tu hijo!
¡Y que cuando la muerte te alcance, mueras feliz
diciendo:"¡Gracias Señor!¡En vano no he vivido!"

¡Estoy contigo, carnal! Y tú...¿conmigo?

 

Coincido totalmente contigo, te felicito, es un buen poema y merecedor de mis estrellas amigo mío, saludos y cuidate...
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Valientes, fuertes y díficiles letras, es este amoroso llamado de atención... no es fácil ser hermano/a pero sí muy hermoso.
Abrazos,
Silvia