Tú, y el Mar

Como el mar, eres inagotable fuente de inspiración y éxtasis.​

Pretender ser parte de ti era utopía como intentar descender en aguas abisales.​

Contemplando los matices del mediterráneo en el ocaso, evoque por primera vez tu impactante recuerdo y empezaste a dejar vestigios indelebles en mi memoria y en mis sueños.​

El tesoro que guardan tus irresistibles y enigmáticos ojos atrajeron y precipitaron mis pasos hacia ti, y así emprendí como los obstinados corsarios de la mitología, un peligroso y arriesgado derrotero en medio de la más cruenta tormenta en altamar.​

Tú, como las olas del mar has desatado pausadamente mis sentimientos anclados en las fibras más recónditas de mi corazón y ahora liberados se acercan a ti con el vaivén de la marea.​

Mi memoria acaricia tu cuerpo, y cada uno de nuestros instantes compartidos, y entonces emerge el incontenible suspiro de mi pecho, sin lograr ocultarle a mi conciencia la certeza del anhelo por volverte a ver, como se anhela la brisa que salpica un rostro en las tardes calurosas de vigía sobre los alerones en un acorazado a la mar.​

Mi amor por ti… incontenible como el mar, de extensiones y profundidades desconocidas. Imborrable del corazón, como el mar. ​

Tu… como el mar inquietante, maravilloso, admirable y encantador.​

Dios permitió cruzarme en las coordenadas de tu rumbo…. y es mi mejor y más hermoso relato​

A tu lado sorteando la tormenta, disfrutando la brisa o divisando la inmensidad del océano, navegaré bajo tu mismo cielo hasta que me lo permitas.​

Porque aún sin el indulto del Creador, amarte como te amo…. es poesía como la poesía del mar.​

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