Tú

TÚ

Fueron tus besos

la dúctil arcilla sobre la que yo

creaba.

Y la luz que brotaba de mis ojos

te daba razón y forma.

Refrescábamos esa tu arcilla

con los sudores tempranos

del encuentro.

Y yo te re-creaba.

Así veranos y días.

Así ópimos otoños de frutos

suculentos.

Éramos epifanía y canto,

aurora encendida tras la noche

iluminada.

Eras, tú, la canción que no me cesa,

el agua del arroyo murmuroso

atemperando mis ardores otoñales.

Eres, ahora, el vacío de la ausencia.

Eres la parte arrancada

de mi alma:

tú.

 

Muchas gracias, Gitano, mi querido compañero argentino. Siempre es un placer renovado encontrar tus palabras al pie de mis versos; palabras que emocionan a quien las recibe con la garantía de su sinceridad y ánimos para continuar el trabajo y compartirlo. Un abrazo, amigo mío.
miguel

 

Hola, Paco. Me alegra que compartas la lectura de mis versos y dejes tan sincero comentario. Desde este sustrato común que es la poesía es enriquecedor saberse acompañado -y qué bien acompañado- en esta "versicultura" a pecho abierto. Un cordial saludo,
miguel

 

Muchas gracias, José Ignacio, por tu lectura y comentario. Y bendita casualidad que ha permitido que enriquezcas con tus palabras la sobriedad de las mías. Ha sido muy reconfortante tu visita. No las demores demasiado. Un cordial saludo,
miguel

 

Hola, Marianne. Respondo a tu visita, agradeciéndola, al mismo tiempo que tu comentario. Es un placer y un honor recibirlos de un poeta tan laureado y reconocido como tú. Muchísimas gracias. Recibe un cordial saludo,
miguel

 

Hola, Luis. Me ha encantado recibir de nuevo tu visita, que tanto valoro. Acepto y estimo esa selección del verso que citas; creo que también yo la hubiese hecho. Siempre, en cualquier ramillete de flores y un poema, en cierto modo lo es, hay una de ellas que vuela directamente al corazón. Feliz selección. Recibe un cordial saludo,
miguel