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Tuchtlán, el valle del conejo abandonado

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por gumasat, 13 de Agosto de 2008. Respuestas: 1 | Visitas: 1761

  1. gumasat

    gumasat Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    25 de Noviembre de 2006
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    Tuchtlán, el valle del conejo abandonado

    Del espejo del Río Grande nace el sol,
    los verdes caminos de lluvia se iluminan,
    rebosantes de vida nueva, vida buena;
    los árboles son verdes llamaradas húmedas.

    La ciudad se mece al amparo de los cerros,
    dos vigías enormes que arrullan sus sueños:
    Cerro de las Ánimas y Mactumactzá
    se coronan de nubes llorando a torrentes
    sobre el pueblo hambriento, miserable de sueños,
    sobre la ciudad que nunca sacia su sed.

    El mestizaje continúa en esta tierra
    sedienta de justicia; tzotziles, tzeltales,
    zoques, tojolabales;
    indios y ladinos en el crisol de raíces y sangre
    para inventar sincretismos,
    estratos sociales subyacen uno sobre otro, sobre uno más,
    en completa e injusta armonía se conserva
    el equilibrio precario, sin cohesión.

    La conciencia mágica se arraiga en la mente;
    el paganismo es religión que se practica,
    se cumplen leyendas, relatos,
    profecías que heredamos de los primigenios indígenas
    de estos antiguos valles, húmedos de tiempo.

    La ciudad se ilumina con diurnos colores
    de mercados, de ropa, en el índigo cosmos;
    en la verde explosión de vida que comienza
    tras el torrente de cristalinos diamantes
    que caen perpetuos del collar de las nubes;
    en intensa llamarada rojo amarilla
    que en el ocaso pinta el valle de oro y azul,
    cubre la tarde llena de ansiedad, sudor,
    sueños que esperan y se tienen que cumplir.

    El Río Grande camina junto al conejo,
    desgarra el Cañón del Sumidero en su largo
    viaje al norte a morir en el distante golfo.

    Se levantan las voces, se mezclan, confunden
    en una sola gran voz que clama justicia,
    paz, trabajo, alimento. Total Igualdad.

    Estamos lejos de todo, cerca de nada;
    estamos en Tuchtlán, el valle del conejo,
    tierra perdida en la inmensidad de los mapas;
    pueblo olvidado en cada sexenio, abandono;
    la ciudad tiene un rostro que nadie conoce,
    el pueblo tiene sueños que nunca se cumplen.

    Vivo en la amada y verde ciudad, olvidada
    por siempre excepto en momentos de votaciones,
    promesas sin parar, repleta de agujeros,
    de faros sin luz, ayuno eterno y miseria;
    las campañas son ofensivas bofetadas
    que lastiman profundamente la conciencia;
    sed, incultura, pobreza, desnutrición,
    de extraordinarias fortunas explicables,
    diferencias sociales, injustas distancias económicas,
    discriminación hiriente;
    intolerancia constante, fútbol, mentiras,
    política y muchísimas mentiras más;
    las calles son polvorientas serpientes sucias
    destrozadas por el tiempo y tanto abandono.
    .
    La ardiente ciudad tiene sueños de justicia,
    que nunca llegan, que no existen para Tuxtla.

    El sol nace en el espejo del Río Grande,
    y con él, llega la promesa de otro día,
    del día en el que no haya tuxtlecos distintos.


    Agosto veinte, dos mil seis; Tuxtla Gutiérrez,
    Chiapas. Hoy tenemos las elecciones para
    Gobernador - La misma porquería, siempre -
     
    #1
  2. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    9 de Diciembre de 2007
    Mensajes:
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    Bravo Gumasat, que poema tan explicativo y con tan claras y sentidas palabras, siento orgullo al poder conocer el Valle de Tuchtlán, El Valle del Conejo, donde nace el Río Grande en México, así como los diversos grupos derivados del mestizaje: tzotziles, tzeltales, zoques, tojolabales, indios y ladinos en crisol y raíces de sangre como bien especificas en tu hermoso poema.

    Fíjate Gumasat, lo mismo ha ocurrido a través de toda América en los diversos países, después de la independencia; el motivo obedece a la incultura que tú mismo expresas, esa incultura nos ha afectado tanto que no hemos podido enrumbar nuestros países hacia el verdadero desarrollo de los pueblos. Para corregir eso, por supuesto que se requiere de buenos gobiernos, verdaderamente patriotas y preocupados por sus pueblos, pero también hace falta la unidad del pueblo, para llevar a gobernantes sinceros a la presidencia, que administren los recursos que son del pueblo, empleándolos en su educación, trabajo y corrigiendo los efectos culturales negativos que nos han impuesto; para ello se requiere mucha unidad de los ciudadanos y el que todos estén conscientes de dónde radica el problema. Unirse también pueden en cooperativas, en comunidad, creando aunque sean pequeñas empresas que les ayuden a salir de la miseria, comenzando con poco, pero siempre unidos en todo, sea para solicitar ayuda al gobierno en condiciones pacíficas, a través de cartas firmadas por grandes comunidades y dirigidas al gobierno, en fin, muchos pasos pueden dar, por supuesto, sin violencia y permaneciendo siempre unidos. Y personas como tú amigo, con ese vocabulario tan bello, y con esos magníficos sentimientos pueden lograr mucho para el mejoramiento cultural, realzando la cultura autóctona de esos pueblos; la cultura autóctona es bellísima, solo que a los pueblos hay que suministrarles todo tipo de conocimientos sobre historia y buena política, haciéndoles comprender el presente, pues como todos sabemos en las diversas culturas hay creencias religiosas arraigadas, creencias en fábulas, mitos y leyendas como tú explicas, pero que pueden ser representados en actos culturales hermosos que los identifican y que la realidad del presente es otra, pues para avanzar, se requiere la verdadera unidad y apoyo del pueblo, sin individualismos, como lo hacían las comunidades indígenas originarias de estas tierras, compartiendo en comunidad, intercambiando sus productos, así evitaban la miseria y pobreza.

    Me ha encantado tu poema Gumasat, Viva el pueblo de Tuchtlán y pido al gobierno de México, si pueden leer tu poema y mi opinión, que les ayude para que puedan crear pequeñas empresas con las que puedan mejorar sus condiciones; de todas maneras, sigan mi consejo, únanse para que elaboren cartas con el mayor número de firmas y háganlas llegar al gobierno, procuren que el canal del gobierno les entreviste para procurar esas mejoras, todo ello debe ser sin ningún signo de violencia, pues a través de la violencia no se consigue nada, solo odio y más violencia amigo. Estrellas para tu excelente poema Gumasat, recibe abrazos y la admiración a tí y a tu pueblo. Dilia.
     
    #2

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