Tumba, Muerte, Epitafío

Aquí están reunidos mis padrinos,
Aquellos que hoy me han de asesinar,
Por decisión mía ya que el suicidio seria cobardía,
Profundo es el hoyo donde terminaré mi farsa...
El vivir, vivir para nada...

He venido cavilando mis acciones,
Dejando atrás el pasado que de nada me servirá ya,

Y viendo un futuro no prometedor,
Clava bien la daga en mi corazón,
Tres vueltas serán suficiente...
Para matar los sentimientos adquiridos,
Y así obtendrás mi vida...

Termina limpiamente el trabajo...
Con una bala en mi cabeza...
Esta que tantos recuerdos dolorosos guarda...
Quema después mis manos que tanto dolor causaron,
Asesinando sin piedad... sin remordimiento...

¡Asístanme hermanos míos!
Que su momento llegará...
Pues si a Jesús siendo Dios su momento le llegó...
¿Que nos puede esperar a nosotros mortales?
Dejare a un lado los hechizos,
Morirá mi deseo de inmortalidad,

Que queden pues mis obras en pie,
Con un nombre que será olvidado...
Pero nunca un corazón valeroso perdonado...
Más nunca mi infamia será repetida...
Solo puedo nacer una vez en este momento...
Y equivocarme más de una vez...

Ah maldita perfección inalcanzable...
Será que estoy maldito desde siempre?
O simplemente mi estrella fue desgraciada,
Eso ya no importa si al fin podré descansar,
De tanta mentira dicha por los que amaron mi nacimiento,
Aquella que me dio la vida sin duda...
La mentirosa mas grande...

Llamando amado cuanto en verdad era aborrecido,
Siendo diferente en la camada y en los sentimientos,
Blasfemo desde siempre odiado al jamás...
Más nunca me afecto...
Y mírame ahora desvariando como poseso...

Terminen pues lo que venimos a hacer,
Y déjenme descansar en paz,
En esta tumba que he cavado,
Mi mortaja está preparada y el final se acerca...
No olvidéis clavar suficientes clavos en mi ataúd,
Que no regrese a la vida por venganza...

Eso poca importancia tiene para mí,
Con la luna por testigo,
En este cementerio gris me despido,
¡Amigos míos liquídenme!
Entreguen mis últimas voluntades,
Como he descrito...

Me esperan en el Infierno,
Pues ¿Que otro lugar podré habitar?
Llevándome mis temores,
Y ocultando mis odios...

Que quede escrito en mi lápida,
"Aquí yace un hombre bueno"
Se remarcará bastante la ironía...
Sea pues así mi última despedida...

Lord Vélfragor

 

Llamando amado cuanto en verdad era aborrecido,
Siendo diferente en la camada y en los sentimientos,
Blasfemo desde siempre odiado al jamás...
Más nunca me afecto...
Y mírame ahora desvariando como poseso...

Yo me quedaría con esto como epitafio, al menos uno de los posibles. Sobre todo, odiado el ser que se va deformando en los espejos de otros.

Un saludo mortal para usted Mi Lord.