Tuve un amor

Se me arrugó el corazón...

Cuan carta de amor que se quedó apretujada entre el viento y una lágrima,
sin más letras que esas que describían tantos abrazos y con ellos tantos besos, de lo cual hoy sólo queda un espacio vacío,
como queda una flor sedienta,
se me arrugó el corazón cuando ella marchó de imprevisto y no llevó mi maleta.

Yo la guardaba en mis adentros, con la única intención de que se adueñara hasta de mi más lejano momento,
la quería cercana o distante, sin contemplar si un amor como aquel,
alguna vez tuviera medida.

Yo tuve un gran amor, de nada me queda duda,
como ahora se duda si en realidad yo no lo tengo,
ella no hace otra cosa mas que llenarme el pensamiento,
y hacerme soñar que la sigo soñando,
enseñándome a sembrar razones por el camino de lo que no se fue.

Se arrugó mi corazón...

A pesar que ella plancha las telas de seda que me cubren el frío de la soledad,
yo amo hasta su recuerdo y su más reciente olvido,
nada, nada pudo parecerse a su manera sencilla,
ni a esa historia escondida que yo me escribí junto a ella.

Tuve un amor, lo tuve,
como una vez tuvo agua el desierto que vive en mi pecho,
como tuvo zapatos alguien que ya no tiene pies,
como tuvo miedo hasta el más seguro de sí mismo.

Tuve un hermoso amor, lo tuve...

Pero aún me tiene apretujado el corazón, sin conocer la libertad.


Ricardo Felipe
El último bardo