Ul

Ahora vuelvo a ser yo,
qué cansado estoy del viaje,
me recojo en la cama escribiéndome,
reconociéndome entero e infinito,
al fin descansando el equipaje,
las dudas.

Adiós a la sombra que me impedía ver la luz,
adiós hasta al propio vestigio que fuí,
adiós a las cadenas que me ataban a la cruz,
adiós a temer,
adiós a elegir.

Crezca mi conciencia sana en medio de la nada,
que el tiempo recorra su propio camino,
que no queden guerras ni tristes batallas,
que mi vida sea el sueño de un niño.

Psycho

 

Cuán larga se vuelve la sombra del pasado cuando buscamos, como hacía una compañera, las alas para volar. Tengo que decir que muchas de las palabras dichas por ti, las suscribiría rápido. Pero la lucha del mantenimiento, que diría un sabio antiguo, a mí me hace rebelarme con la tiranía de cielos e infiernos, que yo quiero la tierra, las alas únicamente me encantan para poder ver la belleza que habita más allá de muros como los de Kavafis o las quimeras de Cernuda. Me gustó tu poema. Un saludete de Samuel.

 

Para probar que las grandes batallas son las que se liberan en el alma. Saludos, DESIRE