Un dejo

Exótica es la ventanilla que desaparece debajo de mi vientre.
Exótico es tu resto, tu recodo, tu malestar mientras hacíamos algo.
Exótica es la forma en que nuestros párpados menean su furia.
Como américa perdiendo su voz.

Y exótica me parecía la mueca que se hacía entre tus labios cuando murmuraban mi nombre.
La lechuza de tus dejos, la inmortalidad del olvido que plantaste en mi herida.

Exóticas se ponen mis piernas al desearte.
Exóticas desean ponerse mis venas, cuando esperan un poquito de aquel delirio que me pusiste en frente.

Pero el exótico delirio, el exótico tumulto que hay entre mis tajos y mis mordidas.
El exótico y muerto libertinaje que hubo cuando te amé.
El exótico y despavorido sonido que gemí bajo tu nombre...

Voló lejos.
Porque cada exótica ternura que hubo en tu puerta.

Hoy, hoy toca otro rincón.

 

Muy bello, un buen puñado de sugerentes imagenes y certeras metáforas recorren tus versos y me atrapan sin remedio. Me ha gustado mucho esta poema amiga catapiano. Un abrazo. Paco.

 

Admito que no soy un experto, pero veo en tus escritos un mundo interior rico, original y muy personal, que se refleja en una forma de expresarte que llega, que penetra, aunque no sabría reconocer cómo o por qué.
Hay algo en ti, donde te nace la poesía, que es un tesoro, algo brillante. Supongo que lo sabes, pero no puedo dejar de decirlo.

Cuando se me pasa un poco esta especie de fascinación, me doy cuenta de que el poema suena terriblemente triste y desgarrado. Alguien de por aquí dijo una vez algo sobre el precio que se paga por determinados versos.

Así que me divido entre el deseo de ver lo que serás capaz de escribir dentro de unos años y el deseo de que no lo necesites.