Un desayuno.

El rock, que hace olas, en la zona de confort…

el huevo, que se abre en el vacío…

la revolución de los cisnes, en la memoria...


los embarcaderos del barrio;

los diarios íntimos surrealistas,

y los palacios de escaleras a las nubes…


la mujer, que me tomaba a pulso,

el esqueleto del trueno,

y un bólido de ajedrez…


los dromedarios por las ramas,

y esa bahía daliniana…


y de pronto, no hacer falta,

y amanecer como un león,

con nuevas fórmulas del oído;

entre tantas mascotas del desayuno,

y las vibrantes exuberancias de las terrazas…


cuando los hoteles, se reúnen en los decimales;

cuando ellos nos alcanzan por autopistas, a todo volumen,

y las lluvias de ideas, repiquetean.

 

Es difícil tener ideas en estos días tan sombríos, sobre todo ideas poéticas, pero creo que el amor se posa en la compañía de los seres amados y el hogar, y no tanto en los versos.
Quise, de todos modos, pasar a saludarte desde esta cuarentena obligada en mi país, y desearte lo mejor, diciendo además que no te olvido, amigo.
Abrazo con la admiración de siempre.

 

Muchas gracias, querida amiga Cecy, son días muy tristes estos, ciertamente, nosotros en España, ya llevamos más de medio mes de cuarentena, y no sabemos cuanto quedará... es una alegría saludarte, amiga, y espero pases lo mejor posible estos días... mi admiración y mi cariño de siempre. Un abrazo.

 

Esa nueva realidad que nos atraviesa y que nutre la sensible mirada de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte... cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Muchas gracias, querida amiga Nancy, me cuidare , no cabe duda... siempre en mi corazón estos tiempos compartidos. Un abrazo, y toda mi adoración.

 

Muchas gracias, querido Maestro Luzyabsenta, honor y alegría su compañía para estas letras. Saludos.

 

De verdad es fabuloso como logra sumergirnos con gráciles imágenes y versos en una pintura de Dalí convertida en brillantes letras. Felicitaciones Tribuzen por está joya multicolor hecho poema, saludos Daniel

 

Muchas gracias, querido amigo Daniel, una inmensa alegría encontrarte de nuevo. Un cálido saludo, y mis mejores deseos.