Un despiste

Se me olvidó cambiar mi semblante,
mi mirada dura,
el rictus de mis labios,
mi pensar introspectivo,
mi mandíbula tensa,
tragar lo agrio de mi saliva,
la soledad de mis días,
el dolor de mi pasado,
lo repugnante de mi rutina,
el no tener aliciente,
el sin sentido del mañana,
el asco de la monotonía,
olvidarme del presente.
Y regresé solo a casa,
sin ni siquiera la compañía
de cualquiera de las locas
del antro en el que me encontraba.

 

Excelente!. Saludos.

 

Hermosura espléndida de letras divinas.

 

Nítido y chispeante querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

El espíritu y la letra divina de la preciosidad sublime.
La fantástica inspiración espléndida.

 

Gracias a todos por su comentar. Tenga un cordial saludo.