Un día de perros

No se escuchan los trinos
ni las nubes me esperan;
hoy no he visto pasar al peregrino,
los luceros, al alba serpentean
en el vasto infinito
que ya nadie frecuenta;
todo luce distinto
en un día que noche pareciera
y rebusco en lo mismo,
entre brumas inciertas.

Hoy no siento que el mundo esté conmigo,
no se oyen palomas mensajeras
ni el murmullo que dejan los ensueños perdidos,
solo cuentos de viejas.

Me pregunto si es tiempo de quemar los "papiros",
y volver a vivir, y vivir como meta...
o alumbrar sin motivo
con lo oscuro en mi puerta.

¡Para qué los caminos!
somos todo y nada a fin de cuentas,
eternales y olvido
de ventanas abiertas.
~•~​

 

Amigo mío, como dijo el gran Chiquito: "Una mala tarde la tiene cualquiera".

Creo que esta reflexión que presento, podría encajar perfectamente en la vida de cualquiera , cuando llegan las horas bajas.

Afortunadamente estas horas bajas pasan pronto.

Saludos.