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Un Diario, un Recuerdo...

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por artemisa, 10 de Febrero de 2007. Respuestas: 0 | Visitas: 413

  1. artemisa

    artemisa Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    1 de Febrero de 2007
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    En empinada cima sustento
    un aire que me salva
    de soledades intocadas, efímeras,
    porque cada segundo que alzo mi vista
    se me aparece Dios
    y con su rayo me abraza.
    No importa que tu musa
    se te oculte en el bosque,
    no importa que se esfume
    de la vida que cimenta
    dolores en el alma.
    Te queda el color de su sonrisa,
    sus palabras argentinas,
    la inspiración y el fuego
    que conquista terrenos
    de verdad para el hombre.
    Es fácil quedarse en soledad
    cuando siempre se es solo,
    la compañía es indigna
    a las almas más finas.
    Siempre tendrás un sueño,
    un vago o vil deseo
    que proteja las arcas
    repletas de palabras,
    donde consignes hechos,
    abruptos devaneos
    con con cuerpos frívolos
    y un mañana que eternice tu mirada.
    Yo quiero dejarte versos
    por construir,
    una casa donde habites,
    sin la amada,
    para reconstruirla en la pluma,
    que corre menos de lo que ella avanza.
    Te entrego mis secretos,
    inspiración tendida
    en escritura viva
    de espíritu y sangre en contacto
    con mi vivir cercano
    a tu asedio en mis versos,
    proyecto casta meta
    donde en tu voz se mida
    esta luz que me ciega,
    pero también me muestra
    cuál es al fin la salida
    que me libre del yugo
    de aspirar tus fragancias
    en suave Céfiro a distancia.
    Guerra la de mi amor con el tuyo
    que no sabe vencer ni estar herida,
    pues sucumbo mientras te aíslas
    y me alejo cuando vienes a mis cuitas.
    Mis bienes los obtienes
    en tu afán de contenerme,
    y yo subsisto porque eres
    la ilusión, el Numen, la alegría pura
    de la alta empresa
    que me roba tu hermosura.
    Alucinación,
    rayos inclementes
    interrumpen mi sueño,
    luego escucho en el delirio
    estallar los edificios,
    pero sigues ahí,
    en la visión que me esclaviza y te enaltece
    como las olas inmensas
    que mueren en mi piel.
    Me activo en nuevas guerras
    que te despojan de errores
    en falsos reinos
    y combato con la lanza
    que te traiga a mi fe.
    Temores en las calles
    no impiden que soporte
    difíciles caminos
    para ir a buscarte.
    Son muy pocos los segundos
    que la vida me ofrece para amarte
    y no te tengo.
    Te capturo en mis sueños
    y eres preso en estos versos
    que en pesares me abruman
    porque mi aliento se escapa
    y regresa con la brisa
    tu suave poseerme en mil conquistas.
    Cómo puedes ser superfluo
    al pedirme cumplimientos?
    No ves el dolor que siento?
    Mi gravedad y silencio
    es todo este juramento
    de no traerte a mi cuerpo.
    Soy la lira que aún vibra
    en sollozos de deseo
    y resuena en sonidos perfectos
    un amor lastimero.
    No consigo posar mi fiel mirada
    en tus ojos que rayos despedían
    porque coraza invisible te protege,
    nada aviva tu pasión silente que conozco,
    pues convocó el principio de mi pena.
    Me abruma la sonrisa
    que en mil ardores me envolvía
    cuando pensé que el nudo de Amor
    te unía al punto que a mí,
    pero tú lo sueltas
    y yo en mí lo aprieto,
    para sentir todo lo grande
    que a tu honor compete,
    en libertad de entender
    lo fugaz de tus sueños
    que se me revelan
    en este afecto que domina
    todo mi ser, mi pluma,
    nada puede ser más sagrado
    que estar aquí a tu lado!
    Me verás caer,
    amor extranjero,
    al deseo más oculto de ti...
    Te quiero ver desnudo
    en azules quimeras
    de excelsas fantasías,
    dormido entre mis sueños,
    ocultado,
    mientras desaparezco
    en el humo conjetural de tus delirios.
    Intrascendente conversación
    me deja pensativa
    sobre cuáles son
    tus más profundos afectos.
    Mi dolor es más grande!
     
    #1

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