Un halago, Una prisión

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Un halago es decir: Te quiero.
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Una prisión es decir: Te amo.
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Mas, mi prisión es tu lucero,
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titilar de estrella que clamo.


Pues, algo de ti veo en la alborada:
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Brillo, color, tez, rubor, pureza,
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alma, vida, palidez, polvo de hada,
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magia brotante de tu grata belleza.


Tu mano delicada, cual ala de cisne,
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fuente de la caricia satinada.
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Esta que al son de flauta tremola,
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como el follaje tierno de una ramada.

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¡Cante a viva voz el pájaro cantor!
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Cantares inauditos, en la floresta.
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Mientras os recito poesía de amor,
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canoro, con donaire y brío de poeta.

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Vaguemos entre luz difusa y sutil,
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en la góndola de oro y seda,
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marcando nuestros nombres con buril.
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A la fantasía, atrás, el mundo queda.


¿Ves aquel cielo, como tu pupila?
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Ahí, en un adornado peristilo,
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estará tu ara, cuidada por este niño.
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Do no habrá recuerdo de Hipsipila,
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sino el loor de mi cadente escriño.


¡Oh, amada, eréis toda mía!
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El sol me indica ya la hora.
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Ten esta albura, es mi alma vibrativa;
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pósala en tu pecho y será aurora: ​

Unión de tu pureza y mi luz pensativa. ​

 

Paso a visitarte en tu creación fantástica.

 

Gracias Maestro! su presencia es grata... Saludos.