Un hogar.

No soy lo que esperas, no quiero prometerte cosas que no están a mi alcance, ni cosas imposibles delante de mis ojos.
Sólo quiero que confíes en que traigo un corazón dispuesto a luchar, uno que viene de muchas guerras perdidas, uno que sobrevivió a muchos ataques y que lleva tiempo con algunas heridas.
Un corazón que parecía una casa abandonada, de esas que dan tristeza y que al verte decidió remodelarse, para que tú habitaras en el.
No te pido que la cuides, yo soy quien debe cuidarla, tú sólo serás mi invitado de honor, con el tiempo veras si decides quedarte, sepa que eres Bienvenido.
Tengo historias que contarte, unas son imaginadas y otras vividas, unas son para reirse otra para reflexionar.
Tengo una cama que espera ser compartida, en ella está tu nombre en su lugar, tu verás con el tiempo si quieres calentar ese lado de la cama o prefieres no recostar tus sueños en ella.
Colgué en mis ojos un espejo, para que logres ver toda la hermosura que yo veo al verte, para que te veas como te veo desde el alma.
Tengo la mesa de té que tanto nos gusta, con el café tan negro como la noche y nuestros cuentos más infinitos que las estrellas.
Te tengo un hogar en mi para que vivas.