un miedo la condena. una muerte anunciada.

como una tenue noche, habitó el en las cosas más preciadas.
Como un gusano se nutrió de los miedos e inseguridades.
como una bandera, le puso precio a los sentimientos y marco los barrotes de sus fronteras.
al fin, tan solo fue una pesadilla del alma la que noche tras noche le hizo sudar.
en el corazón le latieron barrancos de desesperación.
y al fin, fueron más quienes le rodeaban los que vivieron su vida más que él.
y cuando nadie le quedó cerca, le quedaron dos opciones:
o hacer arder su alma y renacer entre cenizas moribundas
o darle fin al cuerpo por donde su alma tejía sus más inenarrables pesadillas.
en silencio. aun hoy las flores pretenden escribir el epitafio para otra alma en pena.

 

Es triste cuando manejan tu vida, y te dejas llevar, permites que te digan qué hacer y cómo hacerlo... Pero siempre se está a tiempo de liberarse, siempre se puede despertar de la pesadilla.

Los cambios duelen, pero son buenos

Linda obra, grato leerte.

Saludos

 

Woww hermosísimo, todo un placer pasar.

 

Felicitaciones, sigue adelante!!!

 

Buena luna, San León. Dejo, al pasar, algunas consideraciones sobre el escrito.

Debe cuidarse el uso de mayúsculas: un texto debe, siguiendo las reglas ortográficas, comenzar con mayúscula y, luego de cada punto y seguido o punto y aparte, debe también utilizarse mayúscula inicial.

La palabra "marcó" ("... marcó los barrotes de sus fronteras") debe ir acentuada, pues pertenece al verbo "marcar" conjugado en 3ra. p. del sing.

La palabra "aún", cuando se toma como "hasta este momento" o "todavía", lleva acento ortográfico.

Un placer leerle, San.

Cordial abrazo.