"Un pedazo de Isabel"

“….Tarde fría y lluviosa;

su mirada se pierde en el cristal ruidoso,

en el murmullo, terapia que adormece;

y ahí, ahí, estás tú, parada a sus orillas,

detrás de ti, tu morada vencida por los tiempos,

pero firme y llena de tus dulces cantos,

impregnada al igual que tu Río y tus montañas

de tu dulce sonrisa y joviales encantos.

Estás, ahí, como ida,

sumergida en las corrientes de aquél Río,

que parecen trovas venusinas,

mientras en tu mente susurras sus letras,

que hasta ti llegan cual claras melodías;

más, te pierdes en la conversación de su cauce entre las piedras;

sólo el hecho, de a ver crecido entre sus aguas,

te ha enseñado a entender su lenguaje;

cantas, versas y conversas con él,

con tan claro entendimiento y sublime emoción;

momento de encuentro, abrazos y caricias,

cautiva de su eco y de su mágico misterio.

Pasos lerdos y cansados,

se apersonan a tu encuentro,

y aquella voz cansada te saca de ese encierro;

¡ISABEL!, ¡ISABEL!, impaciente te llama,

y tú, entre bañada, embriagada por todo aquél paisaje,

reaccionas y lo observas parado frente a ti;

tu viejo de experiencia regada por los años,

lo miras con dulzura, pues es parte de ti, lo sigues jubilosa,

y dejas suplicante al eco que adormece,

que salta en sus orillas y del quiere salir,

seguirte hasta a tu patio, rociar tu bello rostro,

allá queda lloroso, no muy lejos de ti;

las aves con sus cantos le brindan su consuelo,

pues nada lo compara con tu excelso sentir,

te quiere entre sus aguas, extraña tus caricias,

y el roce de tus labios que no saben mentir.

Atiendes a tu Padre y vuelves a sus cantos,

su lienzo se enmudece al tener tu sentir,

fusión de almas gemelas, los Dioses se complacen,

el cielo se engalana, las aves canturrean,

la noche se intempesta y lúcida te entregas al inquieto caudal...

…Tu historia se repite, los años te han vestido;

se marchó aquél amigo, de tez cansada y dulce acento,

ya nadie te despierta del embrujo del Río;

pero aún está contigo su esencia y su soñar...

…Vuelves aquellos campos buscando su poesía,

la loa de sus aves al verte sonreír,

el canto de aquél Río que silba cual amante;

allí, sola te encuentras, ferviente enamorada,

tu alma se desgrana, tu ser es atrapado;

recuerdos, sentimientos, te cubren sin medidas,

te pierdes en el tiempo y cuando de él has vuelto,

tu esencia embelesada comprende que has llorado…

…Una voz a los lejos, te invita a suspirar,

regalas tu mirada a tus declamadores,

y encaminas tus pasos hasta tu nuevo hogar;

el fruto de tu vida, de idílico poema,

lo aferras a tu cuerpo y sumida en tu embeleso,

cierras por hoy tu historia,

dejando en tu memoria un bello sentimiento...”.